lunes, 25 de abril de 2011

Malasombra libera a una de sus mascotas

       Esta mañana me levanté sobresaltado por unos extraños cantos que procedían de mi pecera. Allí habitaba una de mis mascotas. Pensaba que era una pesadilla, pero no, lo que estaba escuchando era real. Hacía mucho tiempo que había comprado aquella pecera para acomodar en ella a un besugo que rescaté de un tiburón-tigre. Pero a los pocos minutos, el besugo ya no estaba. Ya lo conté en uno de mis escritos "El desayuno de Malasombra" que se encuentra en este blog, si alguien quiere leerlo, que lo busque en el archivo. Para aprovechar la pecera que había quedado vacía compré un pez y allí seguía.
       El caso es que desde entonces tenía pesadillas con aquel besugo. Solía despertarme de madrugada sudoroso y con una horrible sensación. Esto para mí es una maravilla...tener sueños bonitos no me gusta, te levantas de buen humor y eso debería ser ilegal. Pero esta vez los cantos eran reales. Me acerqué a la pecera y allí estaba mi mascota emitiendo unos extraños y agudos sonidos. Pregunté al animal y no me contestó.
       Seré imbécil, me dije a mí mismo, no puedo comunicarme con animales ni cosas con la parte de mi cerebro que en ese momento estaba activa. Cambié  mi estado mental para entender lo que decía, es sencillo, basta con darme un cabezazo contra la pared. Puse atención y escuché:
       -Señor Malasombra, perdone usted que le moleste, pero estoy un poco incómoda. Esta pecera es pequeña para mí y apenas puedo moverme.
       -La verdad es que tiene usted razón señora mascota. Sinceramente, estaba pensando solucionarlo antes de que usted me hiciese la observación.
       -Perdóneme el atrevimiento, pero yo sí he pensado en mi problema. Creo que sería dichosa si usted me concediese la libertad.
       Estuve pensando un poco antes de contestar. La verdad es que hace siglos (digo bien, siglos, tengo 987 años, como me lo invento, puedo tener la edad que me de la gana) que hice una promesa. Me comprometí a realizar una buena acción cada década y, aunque estamos a principios, las cosas desagradables es mejor afrontarlas cuanto antes.
       -Está bien señora mascota, es su día de suerte. ¡Voy a liberarla en el Mediterráneo!
       -¡Muchas gracias señor Malasombra!-dijo emocionada- Le estaré eternamente agradecida, si algún día necesita algo de mí, no dude en pedírmelo.
       -Lo tendré en cuenta, es posible que algún día puedas devolverme el favor.

Avistada una ballena jorobada en Valencia, frente a las costas de Sagunto

Técnicos del Oceanográfico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias y de la conselleria de Medio Ambiente han identificado esta semana, nadando frente al litoral de Sagunto, a un ejemplar de Yubarta (Megaptera novaengliae), también conocida como ballena jorobada, y a seis ejemplares de la ballena 'rorcual común'.

Europa Press 24 de abril de 2011

sábado, 23 de abril de 2011

Había un pelo en la sopa

       Llevaba todo el día sin probar bocado y tenía mucha hambre. Divisé un restaurante chino y entré, dispuesto a que me sirvieran un plato extraño cocinado con extraños ingredientes. Yo no como por placer, si no, por necesidad. Si por mí fuera, habría inventado una pastilla que, tomándola, acabase con mi apetito. Comer es una pérdida de tiempo y me sabe mal perderlo. ¡Con la cantidad de maldades que podría cometer durante la comida!
       En fin, el camarero me ofreció un menú y le dije que me sirviese lo que le diese la gana. Asintió y quedé esperando. Me trajo una sopa y la colocó en mi mesa. La verdad es que olía bien y me dispuse a probarla. Introduje los palillos en el plato y traté de comerla, me estaba resultando bastante complicado y al vigésimo intento, el pobre camarero se apiadó de mí y me ofreció una cuchara. Fue todo un detalle por su parte. Al ver la cuchara comprendí su utilidad. No os lo váis a creer, pero comer sopa con palillos es prácticamente imposible. Parece ser que en occidente el uso de los cubiertos es habitual, pero ¿cómo podía saberlo yo?, si siempre estoy encerrado en mi castillo y suelo comer con las manos.
      La primera cucharada me resultó apetitosa. Me zampé toda la sopa, que estaba compuesta por un caldo amarillo y una especie de pasta negra finísima. Terminé y después de pagar la cuenta, decidí felicitar a la cocinera por tan suculento manjar. Así lo hice, y al preguntar que tipo de pasta había usado me miró extrañada y me dijo que no había pasta, que era una simple sopa de pollo. Entonces, ¿qué eran esas tiras finas y negras que venían en el plato?, pregunté intrigado. La chica me miró avergonzada y llamó al camarero, éste me devolvió el dinero y me pidió perdón. Además me regaló una foto suya en la que posaba con otras dos chicas. Yo no entendía nada, pero a caballo regalado no le mires el dentado. La humanidad cada vez está más loca.... 
      
      

martes, 19 de abril de 2011

Malasombra acaba con la señorita Barbie


       He iniciado una serie de entrevistas con el objetivo de montar una televisión. Todavía no tengo licencia, pero me da igual. Lo realmente importante es tener una excusa para entrevistar a famosos en general. Si alguien piensa que tengo oscuras intenciones...evidentemente está en lo cierto. Para iniciar esta serie he elegido a una señorita muy conocida en todo el mundo. Con todos ustedes.......Barbie.

       -Buenos días señorita Barbie. Muchas gracias por aceptar esta entrevista.
       -Es un placer señor Malasombra. Estoy encantada de estar aquí.
       -En primer lugar, permítame decirle que viene usted guapísima como siempre. ¿Cúal es el secreto de su belleza?
       -Gracias por el piropo. En realidad es un conjunto de normas más que un secreto. Dieta sana, ejercicio, dormir ocho horas diarias y sobre todo ser feliz.
       -Imagino que es más sencillo enumerar los consejos que llevarlos a la práctica. Supongo que el amor de su vida, Kent, también influirá en su ánimo.
       En este punto, mi invitada cambió la cara, parecía estar un poco molesta. En realidad ese era mi objetivo. No habréis pensado que me iba a limitar a pastelear como lo estaba haciendo hasta ahora. Yo sabía que habían roto y pretendía hacer sangre con aquella pregunta, que contestó de esta manera:
       -Verá usted señor Malasombra, yo no pienso hablar de mi vida privada, además estoy un poco molesta con este sillón, ¿porqué está tan caliente?
       -¿Caliente?-contesté disimulando- No se de que me habla, pero voy a ir al grano. ¿Es cierto que sorprendió a Kent manteniendo relaciones sexuales con la señorita Nancy?
       -No pienso contestar- dijo visiblemente enfadada- se acabó la entrevista.
       Hizo el gesto de levantarse, pero no pudo. La silla era en realidad un radiador camuflado y el material de su trasero, al calentarse, se había quedado literalmente pegado al falso asiento. Seguí con mi estrategía para desprestigiarla y pregunté:
       -¿Es cierto que la detuvieron conduciendo borracha en Malibú?
       -¿Cómo se atreve a preguntar esa barbaridad? Eso es falso.
       -¿Falso? Tengo pruebas que lo confirman. Vea:


       En ese momento comenzó a descomponerse, su mirada irradiaba un odio hacia mi persona que resultaba conmovedor. Pero no sólo se trataba de ira, en realidad el calor del radiador iba en aumento. Cuando digo descomponerse lo hago en sentido literal. Sus facciones se iban estropeando poco a poco y su cuerpo estaba convirtiéndose en una masa amorfa de polímeros fundidos.
      -¿Porqué me hace esto? ¿No sabe que, aunque acabe conmigo, somos millones y nos vengaremos?
      -Bueno, no os tengo miedo. De momento el que se venga soy yo. Además le voy a decir porqué: Usted acabó con mi maestro y no puedo consentir que sus actos no tengas consecuencias. Doy por finalizada la entrevista.




domingo, 17 de abril de 2011

Malasombra premia a su hija

       Mientras descansaba después de una dura noche de maldades varias, sonó la melodía de la Marcha Imperial de John Willians. Es la que tenía instalada en mi teléfono móvil. Lo cogí y pregunté:
       -¿Quién osa molestarme a estas horas de la mañana?
       -Discúlpeme señor Malasombra, soy el director del colegio de su hija y he decidido expulsarla.
       -¿Qué es lo que ha hecho?
       -Es mejor que se lo cuente en persona, si pudiese usted venir le estaría agradecido.
       -De acuerdo, enseguida estoy ahí.
       Inicié el viaje hacia el colegio en uno de mis jets privados, en realidad estaba a cinco minutos de mi castillo y tardé dos horas entre despegar y aterrizar en el mismo aeropuerto, pero tengo una imagen de poderoso maligno que tengo que mantener. Llegué al colegio y al entrar en la oficina del director vi a mi niña sentada en un rincón con cara de enfado. La salude y pregunté al señor que estaba sentado:
       -¿Qué ha hecho mi hija?
       -Verá Usted, he recibido muchas quejas de los alumnos acerca del comportamiento de su hija. Pero hoy ha traspasado los límites de lo permisible y no me queda más remedio que expulsarla. Se ha dedicado a robar los almuerzos a sus compañeros y a exigir un rescate por ellos. Además a un niño que está enamorado de otra compañera le ha quitado una carta y le ha dicho que para no hacerla pública debía pagarle 20 euros. Este comportamiento es intolerable.
       -Después de escuchar las acusaciones del director me dirigí a mi hija Leia, le había puesto ese nombre para tener algo más en común con mi maestro Lord Vader, y le pregunté:
       -Leia, ¿es cierto lo que dice este señor?
       -Sí papá, no tengo excusas, dice la verdad.
       Me conmovió la franqueza de mi hija, pero sobre todo, me hizó sentir orgulloso. La estaba criando bien y estaba poniendo en práctica mis enseñanzas. No pude evitar que una lágrima se deslizase por mi mejilla. Orgullo de padre, creo que se llama así ese sentimiento. Le ofrecí mi mano y salimos de allí. Una vez fuera del despacho me preguntó:
       -Papá, ¿dónde voy a estudiar ahora?
       -No te preocupes hija mía, este colegio es privado. Voy a comprarlo y echaré al director a la calle, además de arruinar su vida académica, me aseguraré de que no vuelva a trabajar en la docencia nunca más.
       -Gracias Papá, sabía que podía contar contigo.
       -Y eso no es todo, por extorsionar a tus compañeros e iniciarte en el noble arte del chantaje te mereces un regalo. Pídeme lo que quieras.
       -Me gustaría tener una serpiente para asustar a mis amiguitas.
       -Cuenta con ella-dije mientras levantaba la cabeza orgulloso de aquella niña, que sin duda seguiría mis pasos.

domingo, 10 de abril de 2011

La chica de bronce me contestó

       Hoy hizo un buen día para ir a la playa. Fui a Torrevieja, que me pilla apenas a media hora de coche. Ya me había tomado un par de tapas en mi pueblo, pero me quedaba espacio para otra. Un pincho de tortilla, ya se que es poco original, pero bueno, nunca me canso de tan exquisito manjar. Por supuesto una caña bien fresquita. y para desengrasar y no pasarme con el alcohol, un cafe con hielo y una tónica. Además tenía que conducir de vuelta y no me apetecía tener que sobornar a las autoridades si me paraban en un control.
       Decidí caminar un poco por el paseo marítimo y contemplar la maravilla que es el mediterráneo. Llevaba unos metros cuando divisé sentada en un banco a una señorita que miraba el mar de una forma enigmática. Tenía la mirada fija en el horizonte y nada parecía perturbar su calma. Quizá estaba aburrida y yo estaba dispuesto a entretenerla un poco y si de paso ligaba, pues estupendo. Me senté a su lado y le dije:
       -Bonito día de playa.
       -Pues si- Me contestó con una voz dulce y de acento extranjero.
       -Veo que usted no es española, ¿de dónde es?
       -Soy inglesa y usted sí es español. Lo digo  porque no paran de molestarme mientras tomo el sol.
       -No se ponga usted así, sólo pretendía ser amable. Por cierto, está demasiado morena, debería usar un protector solar. Su piel no tiene buen aspecto. Está como oxidada.
       -Es usted un impertinente. Tengo una piel suave y por supuesto que me he puesto crema solar. El truquito de la crema está demasiado visto. Seguro que mientras me la pone, me dice que es mejor que me suelte la parte de arriba del bikini para que no me queden marcas. ¡Qué poca imaginación!
       -¿Qué bikini? Si va más tapada que la Maja Vestida. Me parece que intentar ligar con usted no ha sido buena idea. Por su bien debería pedir ayuda a un psicólogo.
       -A quien debería pedir ayuda es a un policía, deje de molestarme o lo hago.
       -Cálmese, que ya me voy y la dejo aquí, sentada con sus pensamientos.
       -¿Sentada? ¿Es que no ve que estoy tumbada? Largo de aquí, pesado.
       Evidentemente aquella señorita no estaba bien de la cabeza. Me levanté y apresuré mis pasos para alejarme lo más pronto posible. Pero no pude evitar volver la cabeza y mirarla una vez más. Allí seguía imperturbable, sin moverse. Pero, de pronto, una chica preciosa ataviada con un bikini y con una esterilla de playa bajo el brazo apareció detrás del banco y me lanzó una mirada furiosa. Sin duda, le había estropeado la mañana.

sábado, 9 de abril de 2011

El señor botón cumple su promesa

       Hace unos meses, mientras paseaba por un parque de zarzas con sus bonitas espinas, escuché una voz que venía del suelo:
       -¡Ten cuidado imbécil! ¡No vayas a pisarme!
       Aquello no me desconcertó demasiado, estaba acostumbrado a escuchar voces extrañas. Miré hacía abajo y vi a un botón que me miraba con cara de pocos amigos con sus cuatro ojos. Lo recogí y le pregunté:
       -Señor botón, ¿qué hace aquí tan solo?
       -Me recupero de la resaca, me dejaron tirado en un charco de cerveza derramada y he tardado varias horas en poder llegar a la orilla. Aunque creo que lo mejor habría sido ahogarme y acabar con mi existencia.
Me colocaron en una chaqueta barata, propiedad de un señor bastante descuidado, que no me trataba bien. Si pudiera usted recogerme y tirarme a un fuego para que me funda, me haría un favor.
       -Yo podría conseguirle una vida de lujo en un lugar mejor.
       -¿Porqué? No nos conocemos de nada.
       -Sinceramente, no me gusta ayudar, pero me debería un favor y, algún día podría devolvérmelo. ¿Le gustaría vivir en Los Angeles en una chaqueta de boutique de lujo?
       -¡Ya me gustaría! Y si fuese en una prenda de mujer, ni le cuento. Por cierto, ¿cómo se llama usted?
       -Soy el señor Malasombra. Y cuenta con mi ayuda interesada.
       Por supuesto, cumplí mi promesa y aquel botón viajó a Los Angeles y se colocó en una americana que fue comprada por una famosa actriz de televisión.
       El tiempo pasó y por fin descubrí cómo podía ayudarme aquel botón. Me bastó con una llamada telefónica:
       -¿Señor botón? Soy yo. Es hora de que saldes tu deuda.
       -Por supuesto señor Malasombra, dígame qué quiere y cuente con ello.
       -Pues verás, van a entrevistar a tu dueña en el programa de David Letterman y ella va a vestir la prenda en la que vives. Quiero que en plena entrevista te sueltes, para que podamos ver parte de los encantos de doña Eva.
       -Cuente usted con ello. Le estoy eternamente agradecido por la vida que me ha proporcionado y siempre estaré a su disposición señor Malasombra.

       El señor botón cumplió su promesa, resultó ser un tipo de palabra.
      

miércoles, 6 de abril de 2011

La fábula de los sentimientos

       Hace muchos años se reunieron en una isla todos los sentimientos. Cuando el ABURRIMIENTO ya había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos al escondite?. La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CURIOSIDAD, sin poder contenerse preguntó: ¿Cómo se juega al escondite?. Es un juego, explicó la LOCURA, consistente en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta mil mientras ustedes se esconden, cuando termine de contar les buscaré, y el primero que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego. El ENTUSIASMO bailó secundado por la EUFORIA, la ALEGRÍA dio tantos saltos que acabó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA que nunca se interesaba por nada. Pero no todos quisieron participar, la VERDAD prefirió no esconderse, ¿para qué? si al final siempre la encontraban. La SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto, en el fondo le molestaba que la idea no hubiese sido suya, y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse. Uno, dos, tres... comenzó a contar la LOCURA.
       La primera en esconderse fue la PEREZA, que, como siempre, se dejó caer trás la primera piedra del camino. La ENVIDIA se escondió trás la sombra del TRIUNFO, que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto. La GENEROSIDAD no conseguía esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus compañeros: ¿Un lago cristalino? ideal para la BELLEZA. ¿La rendija de un árbol? perfecto para la TIMIDEZ. ¿Una ráfaga de viento? magnífico para la LIBERTAD. Al final La GENEROSIDAD se escondió en un rayito de sol. El EGOISMO encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo, pero sólo para él. La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris). La PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes, y el OLVIDO...se me olvidó dónde se escondió. Cuando la LOCURA contaba novecientos noventa y nueve, el AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues estaba todo ocupado, hasta que divisó un rosal y se adentró entre sus flores.
       Mil...contó la LOCURA y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la PEREZA sólo a tres pasos. Descubrió a la PASIÓN y al DESEO cuando sintió el rugido de los volcanes. En un descuido encontró a la ENVIDIA y, claro, pudo deducir dónde estaba el TRIUNFO. Al EGOISMO no tuvo que buscarlo, salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la BELLEZA. Con la DUDA resultó muy fácil, estaba sentada sobre una valla sin decidir de qué lado escondersse.
       Y así fue encontrando a todos: El TALENTO entre la hierba fresca, la ANGUSTIA en una oscura cueva, la MENTIRA detrás del arco iris (mentira, estaba en el fondo del océano) y hasta al OLVIDO, que ya se había olvidado que estaba jugando al escondite. Pero el AMOR no aparecía por ningún sitio. La LOCURA buscó detrás de cada árbol, en cada río, en las cimas de las montañas, pero cuando estaba a punto de rendirse divisó un rosal y se acercó. Movió sus ramas hasta que escuchó un grito de dolor...las espinas se habían clavado den los ojos del AMOR cegándolo para siempre. La LOCURA no sabía como disculparse y prometió ser su lazarillo.
       Desde entonces, desde la primera vez que los sentimientos jugaron al escondite en la Tierra:
       EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA

 

lunes, 4 de abril de 2011

Malasombra cuenta una fábula

       Una pareja recién casada trataba sin éxito de tener un hijo, pero la esposa no conseguía quedarse embarazada. Decidieron adoptar un cachorro de pastor alemán al que cuidaban y querían como si fuese un hijo. El perro vivía feliz y sus dueños siempre estaban pendientes de él. Con el tiempo se convirtió en un ejemplar enorme y en una ocasión salvó a la pareja del ataque de unos ladrones. Era un perro fiel y dispuesto a defender a sus amos de cualquier peligro.
       La pareja, por fin, consiguió tener un hijo y, lógicamente, estaban muy contentos con él. Le dedicaban todas las atenciones y todo su amor. A su vez, disminuían las atenciones hacia el perro, los paseos eran cada vez más cortos y el pastor alemán se sintió relegado. Comenzó a tener celos del bebe y ya no era tan cariñoso.
       Un día dejaron al niño durmiendo en su cuna y salieron a la terraza a cenar, aprovechando la buena temperatura. El marido entró al piso a buscar algo de vino y vio horrorizado, como el perro salía de la habitación de su hijo con la boca llena de sangre y moviendo el rabo de felicidad, como hacía en los viejos tiempos. El hombre sin pensarlo dos veces cogió un arma que tenía y disparó al perro, matándolo en el acto. Entró corriendo en la habitación del niño y allí estaba: Durmiendo plácidamente en su cuna y, a los pies de ésta, una enorme serpiente con la cabeza destrozada a mordiscos.
       Sin duda, la moraleja es que no hay que juzgar antes de tiempo.
       Esta fábula la escuché hace muchos años. La he recreado acudiendo a la memoria. Seguramente habrá más versiones por ahí, pero el espíritu de lo que cuenta es el mismo.