sábado, 9 de abril de 2011

El señor botón cumple su promesa

       Hace unos meses, mientras paseaba por un parque de zarzas con sus bonitas espinas, escuché una voz que venía del suelo:
       -¡Ten cuidado imbécil! ¡No vayas a pisarme!
       Aquello no me desconcertó demasiado, estaba acostumbrado a escuchar voces extrañas. Miré hacía abajo y vi a un botón que me miraba con cara de pocos amigos con sus cuatro ojos. Lo recogí y le pregunté:
       -Señor botón, ¿qué hace aquí tan solo?
       -Me recupero de la resaca, me dejaron tirado en un charco de cerveza derramada y he tardado varias horas en poder llegar a la orilla. Aunque creo que lo mejor habría sido ahogarme y acabar con mi existencia.
Me colocaron en una chaqueta barata, propiedad de un señor bastante descuidado, que no me trataba bien. Si pudiera usted recogerme y tirarme a un fuego para que me funda, me haría un favor.
       -Yo podría conseguirle una vida de lujo en un lugar mejor.
       -¿Porqué? No nos conocemos de nada.
       -Sinceramente, no me gusta ayudar, pero me debería un favor y, algún día podría devolvérmelo. ¿Le gustaría vivir en Los Angeles en una chaqueta de boutique de lujo?
       -¡Ya me gustaría! Y si fuese en una prenda de mujer, ni le cuento. Por cierto, ¿cómo se llama usted?
       -Soy el señor Malasombra. Y cuenta con mi ayuda interesada.
       Por supuesto, cumplí mi promesa y aquel botón viajó a Los Angeles y se colocó en una americana que fue comprada por una famosa actriz de televisión.
       El tiempo pasó y por fin descubrí cómo podía ayudarme aquel botón. Me bastó con una llamada telefónica:
       -¿Señor botón? Soy yo. Es hora de que saldes tu deuda.
       -Por supuesto señor Malasombra, dígame qué quiere y cuente con ello.
       -Pues verás, van a entrevistar a tu dueña en el programa de David Letterman y ella va a vestir la prenda en la que vives. Quiero que en plena entrevista te sueltes, para que podamos ver parte de los encantos de doña Eva.
       -Cuente usted con ello. Le estoy eternamente agradecido por la vida que me ha proporcionado y siempre estaré a su disposición señor Malasombra.

       El señor botón cumplió su promesa, resultó ser un tipo de palabra.
      

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