miércoles, 6 de abril de 2011

La fábula de los sentimientos

       Hace muchos años se reunieron en una isla todos los sentimientos. Cuando el ABURRIMIENTO ya había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos al escondite?. La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CURIOSIDAD, sin poder contenerse preguntó: ¿Cómo se juega al escondite?. Es un juego, explicó la LOCURA, consistente en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta mil mientras ustedes se esconden, cuando termine de contar les buscaré, y el primero que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego. El ENTUSIASMO bailó secundado por la EUFORIA, la ALEGRÍA dio tantos saltos que acabó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA que nunca se interesaba por nada. Pero no todos quisieron participar, la VERDAD prefirió no esconderse, ¿para qué? si al final siempre la encontraban. La SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto, en el fondo le molestaba que la idea no hubiese sido suya, y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse. Uno, dos, tres... comenzó a contar la LOCURA.
       La primera en esconderse fue la PEREZA, que, como siempre, se dejó caer trás la primera piedra del camino. La ENVIDIA se escondió trás la sombra del TRIUNFO, que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto. La GENEROSIDAD no conseguía esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus compañeros: ¿Un lago cristalino? ideal para la BELLEZA. ¿La rendija de un árbol? perfecto para la TIMIDEZ. ¿Una ráfaga de viento? magnífico para la LIBERTAD. Al final La GENEROSIDAD se escondió en un rayito de sol. El EGOISMO encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo, pero sólo para él. La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris). La PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes, y el OLVIDO...se me olvidó dónde se escondió. Cuando la LOCURA contaba novecientos noventa y nueve, el AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues estaba todo ocupado, hasta que divisó un rosal y se adentró entre sus flores.
       Mil...contó la LOCURA y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la PEREZA sólo a tres pasos. Descubrió a la PASIÓN y al DESEO cuando sintió el rugido de los volcanes. En un descuido encontró a la ENVIDIA y, claro, pudo deducir dónde estaba el TRIUNFO. Al EGOISMO no tuvo que buscarlo, salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la BELLEZA. Con la DUDA resultó muy fácil, estaba sentada sobre una valla sin decidir de qué lado escondersse.
       Y así fue encontrando a todos: El TALENTO entre la hierba fresca, la ANGUSTIA en una oscura cueva, la MENTIRA detrás del arco iris (mentira, estaba en el fondo del océano) y hasta al OLVIDO, que ya se había olvidado que estaba jugando al escondite. Pero el AMOR no aparecía por ningún sitio. La LOCURA buscó detrás de cada árbol, en cada río, en las cimas de las montañas, pero cuando estaba a punto de rendirse divisó un rosal y se acercó. Movió sus ramas hasta que escuchó un grito de dolor...las espinas se habían clavado den los ojos del AMOR cegándolo para siempre. La LOCURA no sabía como disculparse y prometió ser su lazarillo.
       Desde entonces, desde la primera vez que los sentimientos jugaron al escondite en la Tierra:
       EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA

 

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