domingo, 29 de abril de 2012

Final Inédito de Casablanca

   Todos habréis visto Casablanca. Posiblemente el final sea uno de los más famosos de la historia del cine. Lo que no sabéis es que la película no termina con el vuelo del avión que traslada a Ilsa Lund y a Victor Laszlo a Lisboa y con la conversación de Rick con el capitán Renault perdiéndose en la niebla.
   Durante décadas se ha ocultado que la película tenía unos minutos más de guión, que no llegó a rodarse. Se censuró que, además de Ilsa y Victor, en aquel avión viajaba otra persona. Supongo que ya lo habréis adivinado. Era yo, que en una de mis incursiones en Hollywood decidí participar en la cinta.
   Hoy os ofrezco en primicia y en exclusiva la parte del guión que nunca llegó a las pantallas.

   Victor: Por fin estamos en el aire.
   Ilsa: Sí, cariño. Estoy deseando llegar a Lisboa y luego volar hacia América.
   Malasombra: Hola Ilsa, me alegra que cumplieses tu palabra.
   Ilsa: Te lo dije Malasombra, hiciste bien en confiar en mi.
   Victor: ¿Qué ocurre aquí? ¿Quién es usted?
   Malasombra: Soy el amante secreto de su mujer.
   Victor: Ilsa, ¿qué significa esto?
   Ilsa: Lo siento mucho Victor, pero estoy enamorada de Malasombra. La historia de amor que sospechas que tuve con Rick es falsa. Yo le tiré los tejos, pero él está enamorado del capitán Renault.
   Victor: Entonces, ¿por qué estás en el avión conmigo?
   Malasombra: A eso puedo contestar yo. Verás, decidí ayudarte a escapar porque los nazis no me gustan y me contrataron para ayudarte en la lucha contra ellos. Cuando lleguemos a Lisboa volarás a Estados Unidos, pero Ilsa se quedará conmigo.
   Ilsa: Así es Victor, no puedes evitarlo.
  
   Victor se queda con cara de "pasmao" y todo ocurre según lo previsto. El avión aterriza en Lisboa, él coge otro vuelo en dirección a América y yo me quedo con Ilsa en un hotel lisboeta. Después de una noche apasionada y con la luz del amanecer entrando por la ventana, la despierto y tiene lugar la siguiente conversación entre los dos:

   Ilsa: Malasombra, ha sido maravilloso. Sin duda, eres el mejor amante del mundo.
   Malasombra: Lo se, Ilsa. Ahora debo irme, ya me cansé de ti.
   Ilsa: ¿Cómo dices?
   Malasombra: Entiéndelo Ilsa, yo soy un ser maligno. Ni siquiera me gustas, pero me pidieron que ayudase a Victor y no podía hacerlo sin pedir nada a cambio.
   Ilsa: ¡No entiendo nada!
   Malasombra: Ni falta que hace. Hice una buena acción ayudando a tu marido y me marcho con la satisfacción de haber roto un matrimonio. Es una buena recompensa para mi.
   Ilsa: ¡Maldito hijo de p***!

   Con ese bonito insulto de Ilsa hacia mi persona debió terminar la película. Espero que algún día hagan un  remake e incluyan el verdadero final, que es el que os acabo de contar. Sin duda, la película ganaría mucho....

miércoles, 18 de abril de 2012

Malasombra de fiesta en Munich

   Ya tenía ganas de montar una buena fiesta y llamé a los grandes expertos en juergas para que me acompañasen en la tarea. Me encargué de alquilar una finca privada en Munich, un buen servicio de catering y por supuesto un grifo de cerveza con barriles suficientes para llenar unas cuantas piscinas olímpicas.
   Contraté un pinchadiscos con instrucciones para que sonasen grandes clásicos como La barbacoa, El tiburón, Los pajaritos, etc. ¡Buena música!
   Un fotógrafo se encargaría de inmortalizar algunos momentos para conservarlos en la memoria y poder enseñásrselos algún día a mis nietos. Aquí podéis ver algunas de las fotos tomadas.



   Después de varias horas caí en la cuenta de que había muchos futbolistas y como quería aprovechar mis dotes con el balón (que son escasísimas, pero el alcohol es lo que tiene, distorsiona la realidad) les propuse jugar un partidillo en el jardín de la finca.
   Accedieron, pero con la condición de que les consiguiese botas y algunas camisetas. Acepté porque las cosas bien hechas, bien hechas están.
   Me fui al centro de Munich a buscar una tienda abierta para comprarlas, pero la verdad es que no encontré ninguna y ya estaba impacientándome cuando me encontré frente a un estadio de futbol.

Resultó ser el estadio del Bayern de Munich y como creo que allí se juega al fútbol, entré para conseguir unas botas y unas camisetas. Claro que, usando mis métodos. Después del rato que llevaba buscando una equipación adecuada estaba enfadado y no pensaba comprar nada. El resto de la historia lo mismo la habéis escuchado o leído por algún sitio.





Roban varias botas y camisetas del Madrid

EFE La plantilla del Real Madrid se ha encontrado con una inesperada sorpresa al llegar a los vestuarios del Allianz Arena, donde disputan la ida de las semifinales de Liga de Campeones, al ver que han robado los tres pares de botas del portugués Cristiano Ronaldo más varias camisetas.

Las botas de Cristiano más las del alemán Mesut Özil y el francés Karim Benzema desaparecieron en las horas previas al Bayern-Real Madrid que abre los duelos de semifinal de la Liga de Campeones.

"Es una vergüenza! No nos intimidan! Somos el Real Madrid con o sin botas!", escribió Eladio Paramés, portavoz de José Mourinho, confirmando el hecho que ha provocado una queja oficial del Real Madrid ante la UEFA.

Como es habitual en cada partido, los utileros del Real Madrid prepararon durante el día el material de cada jugador en el vestuario del estadio y la sorpresa se la llevaron al llegar a dos horas del encuentro. Pese a la vigilancia que existe con cámaras en el Allianz Arena, el Bayern aún no ha ofrecido su versión de los hechos.


domingo, 15 de abril de 2012

Malasombra, Lincoln y el Titanic

   Dormía plácidamente en el suelo de una taberna escocesa. Me incorporé como pude y miré a mi alrededor. Ya no había nadie a excepción del señor tabernero que me miraba sin interés. Seguramente estaba acostumbrado a estas degradantes escenas. Salí del establecimiento desorientado y resacoso. Me senté en un banco y traté de ordenar mi memoria:
   Estaba limpiando la máquina del tiempo que inventé. Tenía programada una fecha y un lugar. Concretamente el 14 de abril de 1865, teatro Ford en Washington D.C. Aquel día se representaba la obra "Our american cousin". Había leído en alguna parte que aquella comedia tenía un final inesperado y trágico. No sabía de qué iba aquello, pero algo que empieza bien y acaba mal es digno de ser visto por mi. Tenía previsto viajar en unos días, pero pulsé el botón por error.
   Aparecí en las inmediaciones del teatro sin estar preparado. No tenía dinero ni conocía a nadie, pero ya que estaba allí decidí asistir a la obra. Comencé a merodear para encontrar la forma de entrar al teatro. Al cabo de unos segundos divisé en el suelo un objeto metálico, lo recogí resultó ser una pequeña pistola, concretamente una Derringer. Bueno, estaba claro que la buena suerte me acompañaba. Me aposté en una esquina esperando a alguien a quien poder atracar y así conseguir dinero para pagar la entrada. Enseguida apareció un señor que caminaba apresuradamente, lo encañoné y le pedí que me entregase todo el dinero que llevase encima.
   -Señor, no llevo mucho dinero encima- dijo con cierta tranquilidad- además esa Derringer es mía, la había perdido y se que está descargada. Llevo la munición en el bolsillo.
   -¡No jodas! Verás, sólo quería lo suficiente para entrar a ver la obra de teatro.
   -Bueno, podemos llegar a un acuerdo. Yo le pago la entrada, usted me devuelve el arma y aquí no ha pasado nada.
   -Pues me parece un buen trato. Aquí tiene su pistola.
   Aquel hombre la cogió y me invitó a seguirle hasta la taquilla del teatro. Compró dos entradas, me entregó la que me había prometido, me ofreció su mano y se la estreché.
   -Un placer amigo, ¿cómo te llamas?
   -Me llamo John Wilkes Booth.
   -Yo me llamo Malasombra, ¿nos sentamos juntos?
   -Me gustaría amigo Malasombra, pero tengo una cita en un palco con Abraham Lincoln para entragarle un regalito.
   -Muy bien John, ya nos veremos por ahí. ¡Suerte!


      ¡Menudo lío se armó! Salí del teatro rápidamente para volver a mi época y así lo hice. Apareciendo en Escocia y fue cuando entré en aquella taberna, pedí un whisky y después de unos cuantos reté a un lugareño a beber. Evidentemente ganó la apuesta. Pero, ¿cúal fue la apuesta?
   Al ver mis pies desnudos recordé la apuesta. Nos jugamos los zapatos. No quería volver a la actualidad descalzo y tuve que volver a utilizar mi máquina para encontrar un calzado adecuado.
Unas zapatillas John Smith estaría bien. ¿Dónde encontrarlas? La verdad es que me sonaba mucho un nombre: Edward John Smith, capitán del Titanic. Estaba claro mi destino y hacia allí dirigí mis pasos.
   Aparecí en el puente de mando del gran barco. El Capitán John Smith estaba allí y me preguntó quién era yo. Le contesté que era el maldito Malasombra y que necesitaba unas zapatillas de las suyas. Contestó con cierta perplejidad que no sabía de qué estaba hablando. No me quedó más remedio que secuestrar el puente de mando.
   La radio Marconi avisó de la presencia de icebergs en la zona, pero obligué al capitán a ignorar las advertencias. Le dije que venía del futuro y que no habría problemas. Me creyó el pobre incauto. De pronto, se escuchó un golpe y se sobresaltó. le pegué un puñetazo para tranquilizarlo y volví a reclamar las zapatillas John Smith. El capitán me ofreció sus zapatos, pero no me convencían y seguí con mis planes. Hasta que no consiguiese unas zapatillas no pensaba abandonar aquel barco. Intentó resistirse a mis exigencias y se avalanzó sobre mí, pero pude reducirlo gracias a las lecciones que había aprendido de mi maesto Darth Vader.
    La situación era muy complicada. Aquel enorme barco empezaba a inclinarse peligrosamente. Estaba claro que yo era el responsable por haber evitado que hiciesen caso de los mensajes de radio. Aquella situación se me escapaba de las manos y opté por la única solución posible: Debía huir de allí y que el destino siguiese su curso. Volví a usar mi máquina del tiempo y regresé a la actualidad.
   ¡Qué alivio! ¡Estaba en mi castillo! Recapitulé lo que había sucedido: Por un lado estaba la agria situación de volver después de perder mis zapatos en una apuesta. Por otro lado la dulce sensación de haber ayudado al asesino de Linconl y conribuir al hundimiento del Titanic. Pero de lo que me sentía más orgulloso es de haber contribuido 100 años después de que se hundiese el enorme barco, a perpetrar una de las peores y más cansina, abominable y asquerosa de las canciones de la humanidad. Evidentemente, si yo no hubiese estado allí el barco no se habría hundido y no se hubiesen hecho películas sobre el Titanc. El sufrimiento que provoca Celine Dion con su infumable canción es mi recompensa. De Kate Winslet no voy a decir nada, que me gustan sus curvas y no me importaría desayunar con ella después de una apasionada noche. Soy consciente de que muchos me odiaréis de por vida, pero os voy a dejar con la susodicha canción. ¡Qué Dios me perdone!


  
                                                                                                             

sábado, 7 de abril de 2012

Malasombra y su soledad

   Hace unos días, después de abrir una botella de vino Chateau Lafite Rothschild que compré en una subasta en Christie´s por 166.000 Euros, caí en la cuenta de que no me gusta el vino. Vertí el contenido de la botella en el fregadero y reciclé el vidrio colocándolo en el contenedor destinado para el cartón. Sí, ya se que está mal, pero así soy yo.
   Miré a mi alrededor y comprobé que estaba solo y deprimido. Debía visitar a mi psicólogo de cabecera. Viajé a Londres, que es donde vive. bueno, lo de vivir es una forma de decirlo, la realidad es que lleva bastantes décadas muerto. Allí estaba yo, frente a la tumba de Sigmund Freud en el Golders Green Crematorium. Pregunté sobre mis problemas sin obtener respuesta. Una señora que pasaba por allí observó mi comportamiento desesperado y me dijo:
   -Caballero, no se torture y no espere respuestas de una lápida.
   -Señora, es que no tengo a nadie a quién preguntar.
   -Tal vez debería usted reflexionar sobre la soledad.
   -Es posible. Gracias por el consejo.
   Volví a mi castillo y me senté en la silla de reflexionar. La soledad es un tema que requiere grandes dotes de inteligencia para escrutar su significado.
   Veamos, no conozco personalmente a nadie que se llame Soledad, que como todos sabéis es un nombre de mujer. Me sonaba el nombre de Soledad Puértolas que es escritora y el de Soledad Jimenez, cantante del grupo Presuntos Implicados, también conocida como Sole Jimenez. La Sole, ¿De qué me sonaba ese nombre? ¡Ah! ¡Ya lo recuerdo!


   Sinceramente, esto me estaba ayudando poco. Entonces decidí buscar el significado de la palabra "soledad".
   Soledad está formado por dos palabras: sol y edad. ¿Cúal es la edad del sol? Se estima que tiene alrededor de 4.500 millones de años, mes arriba, mes abajo. Eso es mucho tiempo. También se calcula que le quedan alrededor de 5.000 millones de años para que desaparezca. Ya que su núcleo ha consumido la mitad de su hidrógeno. Esto sí me ayudaba bastante. Si el sol había llegado a esa edad estando solo, yo también sería capaz de sobrevivir unas décadas que, como mucho, es lo que me queda de vida.
   Alguien pensará que no me puedo comparar con el sol, pero no estoy de acuerdo. Tenemos muchas similitudes. Si te acercas mucho al denominado "Astro Rey" te quemas. Si no, preguntadle a Icaro qué le pasó a sus alas. Si te acercas mucho a mi, también te "quemas" porque soy complicado de aguantar y acabarás huyendo. Yo también soy un "Astro"...De la maldad. Y en cuanto a "Rey", una vez me disfracé de Rey Mago para apredear a los niños con piedras camufladas en envoltorios de caramelos.
   Ya estaba empezando a agobiarme con mis propias reflexiones filosóficas y decidí dejarlo. Pero antes debía expresar un juramento en voz alta:
   ES LA ÚLTIMA VEZ QUE ME COMO UN YOGURT CADUCADO