domingo, 18 de octubre de 2015

Malasombra y Star Wars

   Pronto llega el Episodio VII de Star Wars, el despertar de la Fuerza. El lunes, 19 de octubre se ponen a la venta las entradas, pero esperaré a diciembre. Es más, probablemente la vea después del estreno. Tal vez el fin de semana siguiente.
   ¿Me hace ilusión ver una nueva entrega? ¡Por supuesto! Pero para mí es mucho más importante el recuerdo de las tres primeras, los episodios IV, V y VI. Lo que vino después son guindas del pastel más rico del mundo.
   Nada puede superar la majestuosidad de Darth Vader, la belleza de Leia Morgana o la insolencia de Han Solo.
   De Luke Skaywalker no guardo tan buen recuerdo. Siempre me pareció un niñato. No me gusta y ya está. Afortunadamente, la historia de Star Wars es la historia de su padre, Anakin, como veríamos más tarde al estrenarse la segunda trilogía (Episodios I,II y III).
   Ya son muchos años y he leído y visto casi todo lo que se ha publicado sobre esta saga. Podría estar contando cosas y no parar, pero tampoco quiero aburrir. Como hoy tengo la tarde un poco tonta, me conformaré con unas cuantas anécdotas que los buenos aficionados ya conocerán, pero que a lo mejor son desconocidas para el gran público.
   En un principio, Lucas había imaginado a Darth Vader como un tipo pequeño, enfundado en una túnica negra y ¡Sin máscara! El original era parecido al emperador Palpatine, pero cuando David Prowse se presentó al casting, Lucas cambió de idea y pensó que Vader podía ser un tipo enorme. Recordemos que el bueno de David mide dos metros y entonces era un tipo musculoso cuyo sueño era convertirse en Mister Universo. Luego, le añadió el casco e incluso le cambió la voz por la da James Earl Jones. Un acierto, pero que entiendo que al señor Prowse le sentase fatal.
   Una curiosidad para frikis: cuando el director Richard Donner dio el visto bueno para que Christopher Reeve encarnara a Superman, puso como condición que Reeve ganara musculatura y le buscaron a un entrenador personal. Pues sí, David Prowse entrenó a Christopher Reeve. ¡Darth Vader entrenó a Superman!
   Ahora una anécdota sobre Han Solo. Los seguidores fieles tienen camisetas con una leyenda: "Han shot first" (Han disparó primero). Esto viene a consecuencia del cambio de una escena que Hizo George Lucas en el reestreno de 1997. Lo que se veía en la versión original de 1978 era como Greedo se sentaba con Han Solo en la taberna y le amenazaba por orden de Jabba el Hutt por una deuda. En un momento de la conversación Solo dispara, se lo carga y punto. Pero luego quisieron suavizarlo e hicieron creer que Greedo disparaba primero y Solo, al defenderse, lo mataba. Vamos, que fue en defensa propia. Lucas no quería mostrar a un Han Solo tan oscuro.
   En general, la historia está bastante suavizada por el propio George Lucas. Un ejemplo son los malditos Ewoks. Esos ositos de peluche asquerosos. ¿Os imagináis que en un concierto de AC/DC o de Motorhead, de pronto aparece Justin Bieber y canta una canción? Pues eso son los Ewoks en Star Wars: ¡Están fuera de lugar!
   La idea original era que la luna de Endor estuviese habitada por wookiees, la raza de Chewbacca. Hubiese estado guapísima una batalla entre las tropas imperiales y los wookiees. Esas bestias salvajes combatiendo con fiereza...¡Extraordinario! Y lo que nos queda es a un maldito grupo de ositos amorosos con sus payasadas...¡Señor, llévame pronto!
   Me dejo a Yoda, R2D2, C3PO, Obi Wan y tantos...pero solo quería dar unos cuantos apuntes y no escribir un libro.
   ¡Ah! Termino con una curiosidad más: cuando se estrenó la primera película en 1978, George Lucas estaba bastante nervioso y quiso alejarse del mundanal ruido. Se marchó a pasar unos días con su amigo Steven Spielberg. Cuentan que, entre charla y charla, comenzaron a darle forma a otro personaje...Un tal Indiana Jones...No sé si os suena. En fin, donde hay talento, hay talento.

   Muchas gracias, Star Wars, por permitirme seguir siendo un niño.
   Santi Malasombra.

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