domingo, 23 de octubre de 2016

Persecución...

   -112, ¿en qué podemos ayudarle?
   -Me persigue un vehículo y no sé qué intenciones tiene.
   -Bueno, lo primero es mantener la calma. ¿Está seguro? ¿Desde cuándo le persigue?
   -A ver, las preguntas de una en una que estoy nervioso. Sí, estoy seguro y me persigue desde hace un par de minutos. Apenas está a medio metro.
   -¿Puede indentificar al conductor?
   -No los conozco, pero son dos individuos bajitos y con cara de niños.
   -¿Qué vehículo llevan?
   -Un descapotable rojo, pero no sabría decirle la marca.
   -¿Cuál es su ubicación?
   -No sé, pero más o menos a la altura de Alicante.
   -Bien, deme el modelo de su coche y la matrícula para avisar a una patrulla de la Guardia Civil.
   -¡Y yo qué sé! Estoy en un descapotable azul y no es momento para bajarme a comprobar la matrícula.
   -¿Cómo dice? ¡Todo esto es muy raro! Si quiere que le ayudemos tendrá que colaborar. ¿Cómo es posible que no sepa en qué vehículo va usted? ¿Acaso es robado?
   -¡Ojalá fuese robado! Pero no. Yo he pagado para montar en él.
   -¿Es un coche de alquiler?
   -Supongo que sí.
   -¿Cómo que supone?
   -Le he pagado a un tipo, me he subido y ha comenzado a circular.
   -¿Sabe al menos a qué empresa pertenece el coche?
   -Eso sí lo sé: Atracciones Alonso.
   -¿Atracciones?
   -¡Por favor! ¡Manden ya la ayuda! ¡No deja de perseguirme!
   -¡Hummmm! ¿Sabe que me suena su voz? ¿Cuál es su nombre, señor?
   -Déjelo que parece que ya se para el tiovivo.
   -¡Eres el Malasombra! ¡Estás en una atracción de feria!
   -Hola. holita...
   -Pero, asqueroso, ¿no sabes que aquí en el 112 estamos para ayudar a las personas? ¡Puede haber vidas en juego!
   -Ya, ya, pero divertirme un rato es mucho más importante que las vidas esas que salvan. Te dejo que va a comenzar otra vuelta y ya está pagada...
   -Hijo de p***
   -¡Besitos!

   Desde luego, el que no se divierte es porque no quiere. hay que ver lo poco que necesito yo para echarme unas risas...

   Santi Malasombra

domingo, 16 de octubre de 2016

Tarde de toros

   Yo no soy de aceptar consejos, pero me dice Rocío que hable de toros. Pues nada, como ella siempre está en las nubes, le haré caso.
   Voy a retransmitir desde la plaza de Las Compras un festejo taurino.
   Bienvenidos y tal y cual a esta espléndida tarde dónde se lidiarán seis astados. Los diestros ya están listos mientras alguien se pregunta porqué discriminan a los zurdos, pero vayamos al tema.
   Ya sale el primer astado de nombre Anselmo. Un magnífico ejemplar de 1,75 centímetros de altura y 80 kilos de peso, pelo escaso y pecas. Da unas vueltas por el coso y el diestro le da los primeros pases:

   ¡Anselmo! ¡Tu mujer es muy simpática...en la cama!

   Anselmo se rebrinca y arremete, pero un hábil movimiento de Verónica lo despista. Es que la Verónica ha ido a la plaza con un escotazo de infarto.
 
   Es el momento de las banderillas y Anselmo se prepara para recibir el primer par. El banderillero da unos cortos pasos, mide el terreno y las clava sin problemas...

   ¡Anselmo, el otro día bajaba el butanero de tu casa y lo tenéis todo eléctrico!
   ¡Anselmo, cuando sales a la calle suena los timbales!
 
   Anselmo se retuerce y siente el castigo. Trata de alcanzar al banderillero, pero éste lo evita con habilidad. La plaza aplaude y pide otro par.

   ¡Anselmo, no te quejes que tu mujer te tiene el número 12 en el ránking de los mejores amantes del barrio!
   ¡Anselmo, que en época de berrea vienen los ciervos a tu casa!

   El respetable encandilado obliga al banderillero a saludar al tendido mientras Anselmo brama de furia.

   Pues ya llega la hora final y el diestro se dispone a matar...
   Anselmo se acerca y el matador le enseña el móvil con un vídeo de su mujer haciendo el amor con su mejor amigo...
   El pobre Anselmo muerde el polvo y cae fulminado. La gente aclama al matador y pide las orejas y el rabo de Anselmo. En ese momento Anselmo se levanta y con sus últimas fuerzas casi suplica:
   -Las orejas, bueno, pero el rabo, no. Que al menos tenga la ilusión de que si alguna vez mi mujer se queda embarazada tenga una mínima posibilidad de que el hijo sea mío...

   La gente se apiada y pide el indulto. El presidente lo concede rápidamente y da por finalizada la tarde.
   -¿Y los otros cinco que faltan? Pregunta la gente...
   -Los otros cinco para otro día, que me acaba de mandar una foto la mujer de Anselmo en la que está con un picardías que le regalé y voy a verla antes de que lo haga otro.

   Unos amigos acompañan a Anselmo a la enfermería para curar las heridas y devolverlo al campo...es que es árbitro y lo esperan para pitar un partido o algo así entre solteros y cornudos...
 
   Santi Malasombra

domingo, 9 de octubre de 2016

Orgullo de padre

   Estaba pasando el tiempo mientras echaba palomas a una panadería...Vale, ya sé que es al revés, pero yo hago las cosas a mi manera, cuando recibí una llamada:
   -¿Señor Malasombra?
   -Sí, soy yo, ¿porqué me molesta?
   -Soy el inspector de policía Emiliano.
   -¡Agárrala con la mano!
   -¡Déjese de tonterías! ¡Hemos detenido a su hija! Necesitamos que venga a comisaría.
   -Espero que sea por algo grave o habrá consecuencias.
 
   Para llegar antes le robé un patinete a un niño y llamé a un taxi. Os preguntaréis que porqué entonces le quité el patinete al niño. Pues por puro placer. Desde luego que tenéis unas preguntas más absurdas...
   Finalmente llegué y me encontré frente a la situación: mi hija sentada en una silla mientras cuatro policías, dos antidisturbios, un Tédax, un legionario y un buzo de la marina la vigilaban.
   El Inspector Emiliano se presentó y comenzó a explicarme lo que había hecho:
   -Verá, señor Malasombra, la detuvimos mientras intentaba atracar un banco con una careta de Candy Candy.
   -¡Mira que se lo tengo dicho! Para atracar ha de ponerse la careta del Jóker, que para eso se la regalé. Espero que le den un buen escarmiento.
   -¿Eso es lo que le preocupa? ¿la careta? ¿Y el atraco?
   -Bueno, lo del atraco se lo puedo perdonar porque le falta experiencia y ya aprenderá.
   -¡Es usted un mal padre!
   -¿Cómo se atreve a juzgarme? Sepa usted que todas las noches le leo un cuento de Edgard Allan Poe y la arropo con una manta que robé de un psiquiátrico abandonado del norte de Siberia.
   -Me parece que vamos a tener que poner el caso en manos de la justicia para que le quiten la custodia de su hija.
   -Pues buena suerte. El último juez que lo intentó dimitió y ahora vende enciclopedias por las casas. Mire, inspector Emiliano, soy demasiado poderoso y mi maldad no tiene límites. Yo, de usted, me la entregaba y asunto arreglado.
   -¿Cómo se atreve a amenazarme? ¿A qué lo detengo?
 
   La cosa se estaba calentado cuando mi hija se levantó y le mordió el tobillo al buzo. Al caer al suelo se soltó la válvula de la botella de oxígeno y fue a parar a la cara del legionario que, al intentar quitársela, le dio un manotazo al tédax. Los cuatro policías fueron a separarlos, pero la cabra del legionario que estaba por allí los embistió. Los antidisturbios intentaron calmar la situación, pero con tanto lío comenzaron a pegarle al inspector...
   Total, que entre unas cosas y otras aproveché la situación, cogí a mi hija y nos largamos de allí.

   Llegamos al castillo y no me quedó más remedio que mantener una seria conversación con ella:
   -A ver, hija mía, intentar atracar un banco estuvo bien y lo del mordisco al buzo cuenta a tu favor, pero como dije en comisaría: ¿qué es eso de la careta de Candy Candy?
   -Papá, tiene una explicación porque tengo que contarte algo más. Perdí la careta del Jóker mientras huía de otro banco y no me quedó más remedio que improvisar si quería volver a atracar otro. Encontré la asquerosa careta de la Candy esa en una papelera y la utilicé. No estoy orgullosa, pero me has enseñado a improvisar y así lo hice.
   -¡Espera! ¿Habías atracado otro banco?
   -En realidad dos. Me detuvieron en el tercero. Mira en mi mochila.
   Efectivamente, la mochila estaba llena de dinero.
   -Hija mía, eso es otra cosa. No es perfecto, pero dos de tres está muy bien.
   -Gracias, papá.
   -Mira, vamos a guardar este dinero para comprar tu regalo de cumpleaños: dentro de poco cumplirás 10 añitos.
   -Papá, ¿podría ser un lanzallamas?
   -Claro que sí, hija- dije mientras no pude reprimir una lágrima.
   -¿Porqué lloras, papá?
   -Son lágrimas de felicidad y de orgullo de padre. Ahora ve a tu habitación y descansa que te lo has ganado.
   -Buenas noches, papá.
   -Buenas noches y dulces pesadillas

   Santi Malasombra