domingo, 20 de noviembre de 2016

Juez Malasombra

   Pues sí, soy juez y os voy a contar alguno de los casos que suelo resolver en mi juzgado. Lo primero es ponerme la toga sobre los hombros. Sí, es una pesada carga, pero contraté a una señorita de Togo que no pesa mucho y es llevadero dentro de lo incómodo que es llevar a una persona a hombros cada vez que celebro un juicio.
   -A ver, que pase el acusado y que el fiscal me cuente lo que ha hecho.
   -Señoría, este hombre es un carterista y la policía lo atrapó en el metro.
   -Señor fiscal, soy un caballero: ¡No me llame señora!
   -Perdón, juez Malasombra, pero dije señoría.
   -¡Pues vocalice bien! Usted, carterista, le condeno a 19 minutos y 500 segundos de trabajo social. Y que sea la última vez que se pone a fabricar carteras en pleno metro. Búsquese un taller y pague los impuestos. No se puede montar un negocio sin los permisos correspondientes.
   -Disculpe, señoría, pero ¿no va a escuchar lo que dice la defensa?
   -Señor fiscal, no me gusta la defensa. Yo soy más bien de ataque y ahora cállese, que pase el siguiente y que no se moleste en traer abogado defensor o lo reviento a guantazos.
   -Bien, señoría. El siguiente está acusado de robar un banco.
   -A ver, muchacho, te voy a dejar libre porque me has pillado de buenas, pero hombre, una silla no es tan cara. también hay sofás muy económicos. No es necesario llevarse un banco. Si estás cansado puedes sentarte en él, pero no llevártelo.
   -Señoría, creo que hay una confusión, pero no es un banco de sentarse...
   -Señor fiscal, me estoy enfadando con usted y ya me conoce. Le recomiendo que acate lo que yo diga y punto.
   -Bueno, vale...
   -Mire, ya me estoy cansando. Que pase el último y lo dejamos por hoy.
   -Señoría, este acusado es tertuliano de radio y transcribo literalmente una frase que pronunció:
   "La colectivización es la base heterogénea estructuralmente sistémica que polariza la causística de las decisiones asimétricamente transversales y no por eso su banalidad simboliza la complejidad retórica intrínseca a la relativa emanación apotropáica de la civilización"
   -¡Qué hijo de p***! Escuche, tertuliano, le condeno a cadena perpetua sin posibilidad de revisión y pasará el resto de su vida en mi cantera picando piedras veinte horas al día con un descanso de cinco minutos para comer ortigas crudas y beber agua sucia. Durante las cuatro horas restantes que pasará en su celda sonará en bucle la canción del Titanic a todo volumen mientras dos personas se turnaran para darle latigazos y otras dos le aplicarán descargas eléctricas no letales.
   -Señoría, ¿eso no es anticonstitucional?
   -Mire, señor fiscal, se me agotó la paciencia con usted. Queda detenido y ya lo juzgaré mañana. Pero para vea que soy magnánimo le dejo escribir una nota para despedirse de sus seres queridos.
   -Pero, pero...
   -¡Nada, nada! ¡Se cierra la sesión!
 
   Santi Malasombra

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