domingo, 25 de octubre de 2015

Malasombra y el palé.

   -¿Cuál es mi cámara?
   -Señor Malasombra, son todas suyas.
   -Ya lo sé, imbécil. ¿Quiero decir que a cuál miro? 
   -Perdón, pues mire a la uno.
   -Miraré a la tres porque me da la gana y aquí mando yo.
   -Como quiera el señor, pero no saldrá bien.
   -¿Y tú qué sabrás de filmar? ¿Cómo te llamas, que no me acuerdo?
   -Steven Spielberg, señor Malasombra. 
   -Pues dedícate a otra cosa muchacho, que no te veo mucho futuro en esto. Voy a comenzar con el programa. Tú, haz lo que quieras.

   Por imperativo legal, buenas noches. Hoy traemos una nueva entrevista a este programa semanal. La última fue hace más de un año y ya tocaba. Vamos a conversar enemigablemente con unos palés de madera. Damos la bienvenida a nuestro primer invitado con un fuerte aplauso.

   ¡Plas, plas, plas!

   -¡Basta ya! Tampoco ha hecho nada el señor palé para que le aplaudáis. ¡Vaya mierda de público! 

   -Señor Palé, ¿cómo se encuentra?
   -Bien, señor Malasombra. Disfrutando de la jubilación.
   -Usted habrá tenido una amplia trayectoria profesional. ¿de qué trabajo se siente más orgulloso?
   -Hubo una temporada en que me dediqué a transportar cajas de cerveza. Fue una gran época. De vez en cuando se rompía alguna y me llegaba el líquido. 
   -¡Haberlo dicho antes! ¡Me pongo a sus pies, señor Palé! ¡Mis respetos!
   -Muchas gracias, señor Malasombra.
   -No, gracias a usted por hacernos llegar tan preciada carga a los mortales. Y ese público, ¿porqué no aplaude? ¡Vamos! ¡Hasta que os sangren las manos!

   ¡Plas, plas, plas, plas, plas. plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas!

   -Bien, pues no estaba previsto, pero tengo una sorpresa para usted. ¿Qué le parecería ser reciclado en una mesa para una terraza molona? Estaría oyendo musiquita guapa y además apoyarían sobre usted cervezas, mojitos y todo tipo de bebidas. 
   -¿En serio? ¡No me puedo creer! ¿Haría eso por mí?
   -¡Por supuesto! Y eso no es todo. tendrá un tratamiento gratuito contra plagas y carcoma a base de barniz de primera calidad. ¡Se lo ha ganado!
   -¡Oh! ¡No sé qué decir! Creo que voy a llorar de emoción, señor Malasombra. Me habían hablado de su fama y me temí lo peor cuando vine aquí.
   -Seguramente sea verdad lo que le contaron, pero usted ha transportado cerveza...¡Cerveza! Mi gente se ocupará de todo y le haré alguna visita de vez en cuando.
   -Muy agradecido, de verdad, señor Malasombra.
   -Bueno, basta de agradecimientos que me estoy cansando. Puede marcharse ya con otro aplauso.

   ¡Plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas!

   Bueno, pues continuamos con nuestro siguiente invitado a ver si puedo llevar a cabo el plan que tenía previsto. Tenemos a otro palé que amablemente nos visita. No aplaudáis de momento, que primero tengo que escuchar lo que dice.

   -Buenas noches, señor segundo Palé.
   -Buenas noches, señor Malasombra.
   -Lo primero, ¿usted ha transportado cerveza!
   -Pues no, mi vida laboral...
   -¡No siga! ¡Es suficiente!




@santimalasombra 



domingo, 18 de octubre de 2015

Malasombra y Star Wars

   Pronto llega el Episodio VII de Star Wars, el despertar de la Fuerza. El lunes, 19 de octubre se ponen a la venta las entradas, pero esperaré a diciembre. Es más, probablemente la vea después del estreno. Tal vez el fin de semana siguiente.
   ¿Me hace ilusión ver una nueva entrega? ¡Por supuesto! Pero para mí es mucho más importante el recuerdo de las tres primeras, los episodios IV, V y VI. Lo que vino después son guindas del pastel más rico del mundo.
   Nada puede superar la majestuosidad de Darth Vader, la belleza de Leia Morgana o la insolencia de Han Solo.
   De Luke Skaywalker no guardo tan buen recuerdo. Siempre me pareció un niñato. No me gusta y ya está. Afortunadamente, la historia de Star Wars es la historia de su padre, Anakin, como veríamos más tarde al estrenarse la segunda trilogía (Episodios I,II y III).
   Ya son muchos años y he leído y visto casi todo lo que se ha publicado sobre esta saga. Podría estar contando cosas y no parar, pero tampoco quiero aburrir. Como hoy tengo la tarde un poco tonta, me conformaré con unas cuantas anécdotas que los buenos aficionados ya conocerán, pero que a lo mejor son desconocidas para el gran público.
   En un principio, Lucas había imaginado a Darth Vader como un tipo pequeño, enfundado en una túnica negra y ¡Sin máscara! El original era parecido al emperador Palpatine, pero cuando David Prowse se presentó al casting, Lucas cambió de idea y pensó que Vader podía ser un tipo enorme. Recordemos que el bueno de David mide dos metros y entonces era un tipo musculoso cuyo sueño era convertirse en Mister Universo. Luego, le añadió el casco e incluso le cambió la voz por la da James Earl Jones. Un acierto, pero que entiendo que al señor Prowse le sentase fatal.
   Una curiosidad para frikis: cuando el director Richard Donner dio el visto bueno para que Christopher Reeve encarnara a Superman, puso como condición que Reeve ganara musculatura y le buscaron a un entrenador personal. Pues sí, David Prowse entrenó a Christopher Reeve. ¡Darth Vader entrenó a Superman!
   Ahora una anécdota sobre Han Solo. Los seguidores fieles tienen camisetas con una leyenda: "Han shot first" (Han disparó primero). Esto viene a consecuencia del cambio de una escena que Hizo George Lucas en el reestreno de 1997. Lo que se veía en la versión original de 1978 era como Greedo se sentaba con Han Solo en la taberna y le amenazaba por orden de Jabba el Hutt por una deuda. En un momento de la conversación Solo dispara, se lo carga y punto. Pero luego quisieron suavizarlo e hicieron creer que Greedo disparaba primero y Solo, al defenderse, lo mataba. Vamos, que fue en defensa propia. Lucas no quería mostrar a un Han Solo tan oscuro.
   En general, la historia está bastante suavizada por el propio George Lucas. Un ejemplo son los malditos Ewoks. Esos ositos de peluche asquerosos. ¿Os imagináis que en un concierto de AC/DC o de Motorhead, de pronto aparece Justin Bieber y canta una canción? Pues eso son los Ewoks en Star Wars: ¡Están fuera de lugar!
   La idea original era que la luna de Endor estuviese habitada por wookiees, la raza de Chewbacca. Hubiese estado guapísima una batalla entre las tropas imperiales y los wookiees. Esas bestias salvajes combatiendo con fiereza...¡Extraordinario! Y lo que nos queda es a un maldito grupo de ositos amorosos con sus payasadas...¡Señor, llévame pronto!
   Me dejo a Yoda, R2D2, C3PO, Obi Wan y tantos...pero solo quería dar unos cuantos apuntes y no escribir un libro.
   ¡Ah! Termino con una curiosidad más: cuando se estrenó la primera película en 1978, George Lucas estaba bastante nervioso y quiso alejarse del mundanal ruido. Se marchó a pasar unos días con su amigo Steven Spielberg. Cuentan que, entre charla y charla, comenzaron a darle forma a otro personaje...Un tal Indiana Jones...No sé si os suena. En fin, donde hay talento, hay talento.

   Muchas gracias, Star Wars, por permitirme seguir siendo un niño.
   Santi Malasombra.

domingo, 11 de octubre de 2015

Profesor Malasombra

   Buenos días, damas y caballeros. Hoy, vamos a hablar de un filósofo desde otro punto de vista: vayamos a la azotea que hay mejores vistas.
   Hablaremos de Sócrates. Este tío fue un filósofo griego que nació en el siglo nosecuantos y su principal virtud era dar sentido a las buenas acciones y pasando un huevo del relativismo que proclama que nada importa y que las cosas son como son, que nada tiene consecuencias  y punto. El Sócrates este pensaba que con la dialéctica se podía convencer a las personas de que hiciesen buenas obras porque hacer el bien era un rasgo humano. Es decir, que el nota este era más pesado que un charlón en la barra de un bar. Lo ilustraré con un ejemplo práctico.

   
   Evidentemente, un tipo así no puede caerme bien y no soy relativista. ¿Hacer el bien? ¡Pringao! Lo que mola es hacer el mal y asumir las consecuencias. Las buenas acciones están pasadas de moda. Afortunadamente, los griegos lo condenaron a muerte y lo obligaron a beber cicuta. La historia dice que se negó a colaborar con el régimen de "Los Treinta Tiranos". ¿Cómo es posible tal negativa ante un régimen con un nombre tan bonito? Un antepasado mío, Anitos Malasombra instigó la acusación y se la encargó a un tal Melitos. Pero a mí no me engañan: lo condenaron por pesado. 

   Pero lo que nadie cuenta es que el Sócrates tenía un salud de hierro. Por cierto, ¿porqué se asocia salud de hierro a buena salud? El hierro es un metal que se oxida con mucha facilidad y que acaba desapareciendo. ¿Quién es el lumbreras que se inventó esa frase? No sé, sería más adecuado decir que tiene una salud de plástico, que dura más. Ya buscaré al inventor del dicho y al inventor del hierro para pegarles una buena paliza. ¿Por donde iba? ¡Ah! por la salud de hierro. Por cierto...¡Uy! ¡Perdón! Ya lo he escrito antes. esto me pasa por escribir con la cabeza quitada. 

   Bueno, el caso es que sobrevivió y reapareció siglos más tardes como futbolista brasileño. Desgraciadamente para el fútbol, que no para la filosofía, falleció definitivamente. 
   Perdónenme, damas y caballeros, pero me llama la directora del centro.
   -¿Sí?
   -¿Dónde están los niños?
   -En la azotea.
   -Pues bájelos inmediatamente que hay que darles el biberón y cambiar los pañales a los que lo necesiten. Esto es una guardería muy seria y no queremos que lleguen los padres y no estén limpios y alimentados.
   -Bueno, vale, enseguida bajo. 
   
   ¡Jo! ¡Con lo bien que me estaba quedando la clase!

domingo, 4 de octubre de 2015

Malasombra es real

   Hace unos días me dijo el señor Azuquelberber que no soy real. Vamos a ver, señor Zulperwegh, ¿es usted tonto o tonto? Si no soy real, ¿quién escribe estas cosas? ¿El Santiago nosequé ese? Pero si tiene problemas para hacer la o con un canuto...ni siquiera sería capaz de fumarse el susodicho canuto. ¡Inútil!
   Por cierto, la expresión catalana "salut i força al canut" no significa lo que muchos piensan. En realidad el canut era como un pequeño bolsito de piel donde se guardaba el dinero. Cuando alguien estornudaba se le decía "salut y força al canut", que venía a significar salud y dinero. Bueno, después de este dato cultural debería retirarme, que parezco un tertuliano de esos que salen por la radio.
   Ahora vamos a lo importante: voy a demostrar con datos irrefutables mi existencia.

  1. Hace mucho que la gente tropieza por la calle y se cae al suelo. Hay muchos tipos de caídas en todos los lugares y circunstancias. Todas tiene en común que son divertidas, pero vayamos al origen. Antes del siglo XVII la gente no se caía y todo era aburrido. Estaba yo caminando cuando vi al Newton ese y le tiré una piedra para reírme un poco (sí, fue una piedra y no una manzana). Fue entonces cuando aquel tipo inventó la gravedad esa. Lo que no sé es porqué le puso aquel nombre. Para mí, gravedad, es quedarte encerrado en un ascensor con hilo musical del Bieber de los cojones, pero bueno.

   2. El famoso Titanic no lo hundió un iceberg, no. Eso es lo que os han contado para esconder la verdadera historia. Resulta que estaba yo emborrachándome con el capitán y me dijo la frase mágica: a que no hay cojones de llevar el barco...¡Vaya si los hubo! Agarré el timón con fuerza y derrapando, derrapando, pues volqué. La verdad es que es de las pocas cosas de las que me he arrepentido. Si el maldito barco no se hubiera hundido no existiría la maldita película del maldito Cameron ni la maldita canción de la maldita Celine. Os pido perdón por el error que cometí.

   3. También tengo influencia en el mundo de los muebles. La tecnología permite hacer butacas cómodas, pero yo lo veté. No hay nada más bonito que ver a alguien sufriendo en una butaca incómoda del cine, por ejemplo. Y si encima la peli es de Ingmar Bergman, mejor. hay que ver lo aburrido que es el sueco ese. Yo le escribí los guiones para vengarme por que no merecía tener el mismo apellido que la bellísima Ingrid, pero el tipo tuvo la desfachatez de filmar las películas. Fue un golpe bajo y por eso lo respeto a pesar de todo.
   Sin salir del mundo de los muebles años más tarde me llegó un tipo que había inventado la mesita de noche con esquinas redondeadas. ¿De qué iba aquel insensato? ¡Con lo bonito que es un golpe con una esquina en ángulo recto! Le pegué una paliza y cuando se recuperó le pegué otra. Tal vez debí darle una tercera, pero en el fondo soy un pedacito de pan.
   Y hablando de mesitas de noche, me acaba de venir a la memoria aquel día que decidí que las sábanas ajustables tenían que salirse de su sitio al menor movimiento: eso frustra muchísimo a los maniáticos del dormir bien y me hace muy feliz.

   Podría esgrimir muchas más pruebas que demuestran mi existencia, pero me está entrando hambre. Eso sí, para terminar os dejo unos cuantos documentos históricos que demuestran sin ningún atisbo de duda mi existencia. Tome nota, señor Zumgengamber: ¡Soy real!